Plantación de la Memoria

Conversaciones y puntos de vista: apuntes para una metodología de trabajo

Por Diego Sabanés

El 25 de Marzo de 2018 fue la fecha escogida para hacer nuestra primera experiencia grabando a las vecinos de Vicálvaro; en particular, a las vecinas que participaron ese domingo del acto mensual que organiza Entre-Tejiendo Vicálvaro en la plaza de las Mujeres. Queríamos probar si la idea de grabar in situ nos aportaba una textura sonora más cercana y vital, o si, por el contrario, introducía ruidos y otras interferencias que complicaban luego la edición. El resultado de esa prueba confirmó las dos hipótesis a la vez, lo cual nos llevó a un debate interno entre las dos posturas de cara a cómo procesar el volumen de material que grabaríamos en los meses siguientes.

La solución que encontramos fue abrir el campo de exploración en dos líneas complementarias. Por un lado, Jana Pacheco haría algunas de las entrevistas y mantendría el material obtenido en su mayor pureza. Es decir, conservaría las dudas, los silencios, las contradicciones… todas esas particularidades del lenguaje que aportan la impronta vital a la entrevista; una mayor humanidad, si se quiere. Sus entrevistas quedarían entonces como piezas íntegras, sin intervención, para invitar al oyente a acompañar en el tiempo de la escucha el tiempo de la grabación. Por otro, en la dirección opuesta, Diego Sabanés haría otras entrevistas y las editaría en pequeñas piezas de audio que permitiesen luego diversas combinaciones, ya fuera por temática, por entrevistado o por lugar de referencia. Para esto era necesario desarrollar una metodología.

Tomamos el material de aquel domingo 25 de Marzo para hacer también las primeras pruebas de edición, junto con Gastón Horischnik, ingeniero de sonido y músico que aportó sus experiencia y sus propias ideas para darle forma a lo que decidimos llamar “píldoras de la memoria”: fragmentos de entrevistas, de entre 30 segundos y dos minutos de duración, que editamos a partir de las entrevistas. Esas pruebas nos permitieron diseñar los siguientes pasos, ajustando sobre la marcha y delineando lo que se convirtió en nuestro método. En los meses siguientes Fernando Nequeçaür se incorporó a nuestro equipo, para seguir ajustando el material.


Observaciones que fueron dando forma a nuestra metodología

La grabación en vídeo produce tensión corporal en el entrevistado, sobre todo si es mayor de edad. La preocupación por el registro (el verse bien) distrae el foco de atención. Esto nos llevó a descartar la cámara y grabar sólo en audio.

La grabación en audio permite un formato de entrevista más cercano a lo conversacional. Esto trasmite cercanía y por momentos, cierta complicidad con el entrevistador (por lo tanto, con el futuro oyente).

La grabación in situ, recorriendo los espacios vinculados a la evocación, amplía el recuerdo y favorece la conexión de imágenes. Como contrapartida genera ruidos invasivos (tráfico, cruce de transeúntes, etc). Estos sonidos ambiente contextualizan (rasgo positivo) pero complican la edición (rasgo negativo). Dedicimos tratar de mantener las grabaciones in situ salvo cuando el volumen de interferencia sonora fuera demasiado alto. Esto nos llevó a elegir con atención los lugares a visitar con el entrevistado.

Para editar la entrevista partimos de la premisa de invisibilizar la figura del entrevistador. Es decir: formular las preguntas-disparadoras de modo que la respuesta contenga la pregunta, para poder luego quitar del audio al entrevistador y dejar sólo al entrevistado. La intención final era reforzar la sensación de que el entrevistado está contándole algo directamente al oyente, sin la figura intermediaria del entrevistador.

Las entrevistas revelan una gran riqueza de vocabulario, matices lingüísticos, texturas sonoras… que permiten abordajes también desde la filología y la semiótica. Intentamos conservar en la edición el mayor número posible de estos rasgos para mantener la identidad sonora del entrevistado. El video que acompaña este post da cuenta de esta riqueza del habla.

La construcción del discurso de algunos entrevistados es compleja (hay derivas argumentales, contradicciones, ideas inconclusas…). La edición permite salvarlas pero exige mucha atención para no traicionar el discurso original.

Los relatos a veces son muy extensos. Su escucha demandaría también una atención sostenida por largo rato. Esto nos llevó a buscar la síntesis como uno de los objetivos principales de la edición. Facilitar la escucha desde la brevedad, potenciando las ideas contadas.

Como síntesis de los tres últimos puntos llegamos a la idea de “píldora” (pieza breve de audio, de un minuto o minuto y medio de duración) que permita una escucha atenta en el oyente pero que conserve la riqueza expresiva del entrevistado. Este concepto para a ser la clave para el proceso de edición, que demandaría varios meses.

Decidimos avanzar en la grabación y la edición de modo paralelo, ya que esto nos permitiría repreguntar y seguir indagando en las situaciones y personajes aparecidos en los relatos.

En diversas entrevistas se repiten personajes e historias, desde diversos puntos de vista. Esto va dando materialidad a un barrio que ya no está pero que se conforma por los relatos de sus evocadores. Comenzó así a aparecer la idea de dar forma desde las píldoras a un gran relato coral (ver post siguiente).

Optamos por cruzar información entre distintos entrevistados y buscar también datos más objetivos, aprovechando la colaboración de la Asociación Vicus Albus. Si surgía alguna contradicción entre lo narrado por un vecino y las fuentes oficiales, mantuvimos la versión del vecino, ya que la idea central de nuestro proyecto es trabajar sobre la memoria, con todo lo que tenga de personal y subjetivo, no sobre la historia oficial. Esta decisión nos permitió incorporar algunas leyendas urbanas y rumores, revalorizando su legitimidad dentro de la construcción de un imaginario colectivo.

Las entrevistas muchas veces daban pie a comparaciones entre el pasado (o mejor dicho, los pasados, ya que cada entrevistado hablaba de una época diferente) y el presente. Decidimos dejar estas comparaciones fuera de la edición final, para que el relato se concentrara en generar imágenes en el oyente, como un modo de visualizar situaciones y personajes de esa otra época y la atención no volviera hacia el momento actual (que además no sería el mismo para la grabación de la entrevista que para las futuras escuchas).



Cotar y pegar: un tapiz formado por retazos

El vídeo que acompaña este post surgió de las entrevistas grabadas en el marco de los talleres coordinados por Marilú Moreno, en el centro de mayores Daroca. El eje temático elegido era la indumentaria. La pregunta-disparador esta fue: cuéntame sobre algún vestido o traje especial que recuerdes. Las respuestas han traido una multitud de anécdotas que invitan también a una lectura antropológica: la importancia de ciertos eventos sociales (estrenar un vestido para una fiesta), los recursos en tiempos de escacez (dar vuelta el traje del abuelo para hacer otro traje para una entrevista de trabajo), la dictadura de los géneros (el escándalo de ver a una mujer con pantalones) y muchas otras observaciones que nos permiten ver, por ejemplo, cómo el consumismo que se ha instalado en las últimas décadas ha transformado nuestro sistema de valores. La edición de las entrevistas nos ha permitido este tipo de enfoques, sin dejar de lado las narraciones individuales, que aparecen en muchas otras de las píldoras.
 

La memoria como arcilla

La edición de las píldoras permitió trazar apuntes para desarrollar la siguiente etapa del proyecto: la convocatoria a artistas de otras disciplinas como ilustradores, músicos y dramaturgos, de modo que sus intervenciones nos permitieran devolver al barrio su propia memoria reelaborada.

En el mes de Julio Diego Sabanés mantuvo varias reuniones para compartir las píldoras con los primeros artistas que dieron sus impresiones y sugirieron abordajes posibles para una reelaboración desde sus propios campos. Ellos fueron Beatmac (artista sonoro y coordinador de improvisaciones), David Quintana (director de teatro especializado en espectáculos de recuperación de la cultura popular a través de grabaciones musicales y de TV) y Toni Espinosa (coreógrafo). En paralelo, junto a David Carrasco, comenzaron a trazar ideas sobre cómo diseñar un artefacto que reprodujese las píldoras en el espacio público, para lo cual se incorporó al proceso creativo el ingeniero Fernando Modamio. Estas tareas seguirían avanzando en la segunda mitad del año llevadas adelante por los equipos de Supermanazas y Guillermo Casado.

Después del verano, Jana Pacheco y Fiorella De Giacomi comenzaron a darle forma a un taller que permitiese a los propios vecinos trabajar con los recuerdos que teníamos recopilados y seguir reelaborándolos. En paralelo, convocaron a diez dramaturgos para escribir piezas a partir de las píldoras. (ver post siguientes).

Esta suma de aportes y puntos de vista nos demostró cuán nutritiva puede ser la memoria y cuántas las formas que nos permite de repensar el presente. A veces tomamos la palabra “memoria” como si se refiriese a algo físico inamovible; un documento tallado en piedra que sólo puede dar cuenta del pasado. Sin embargo para nosotros la memoria cedida por la gente del barrio se convirtió en una arcilla capaz de modelarse en las formas más diversas. Un terreno fértil donde no sólo contemplar lo transcurrido sino pensar también en el porvenir.

Aquí puedes ver el video

 

Fotos: Diego Sabanés

Video La ropa

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