Ya hemos llegado al ecuador de las actividades de la Fábrica de Cine Raro. Más de 15 participantes han estado trabajando en lo que será la pieza colectiva que presentaremos el 7 de abril en la gran Fiestas Rara. Queremos compartir algunas sensaciones y reflexiones que nos han dejado estos días de trabajo intenso en lo que han sido los talleres de grabación y edición de la Fábrica de Cine Raro.

PRIMER PASO. Grabar: Colectivos, comunidades y procesos fílmicos

Espacios, comunidades, fiestas, movimientos… Estos fueron algunos de los conceptos que nos envolvieron durante los dos días que pasamos grabando en el Parque de Pradolongo. Partiendo de un intercambio sobre qué es lo festivo y cómo las fiestas nos dan la posibilidad de experimentar un sentido de la identidad compartida, nos adentramos en Pradolongo buscando imágenes y sonidos que pudieran romper lo ordinario y llenaran el espacio con la idea de celebración.

La dinámica de las grabaciones se planteó en forma de paseos por el parque, recorriéndolo, habitándolo y registrándolo. Conocimos en nuestros paseos a distintas comunidades que se acercan a este parque para disfrutarlo y hacer uso de él a lo largo del fin de semana: mujeres que practican cada mañana sus bailes chinos a los pies del templete, un amplio grupo que cada sábado por la tarde juega al ecuavoley durante horas hasta que el sol se marcha, bailarinas vestidas con sus trajes típicos que ensayan coreografías bolivianas. Todos vecinos del barrio. También los que pasean con sus mascotas, las parejas que disfrutan del lago y el atardecer, los deportistas del distrito que enriquecen la actividad de un parque que acelera su ritmo a medida que se acerca la noche.

Los participantes del taller nos pusimos la misión de registrar imágenes que reflejaran ese estado dinámico y vivo de Pradolongo: cuerpos que bailan, luces que se reflejan en el agua, árboles, brisa, animales. Además nos agradó la buena disposición de los vecinos, interesados desde el primer momento en el taller y en la proyección pública que se realizará dentro de unos meses donde se verá el material registrado. Incluso hubo vecinos que se animaron a dirigir algunas escenas. Cuando preguntaban cómo sería esa película final, les explicamos que era una pieza colectiva que consistía en una sinfonía donde el parque pudiera manifestarse y vibrar con esas imágenes especiales, únicas, raras.

No faltaron los vecinos que se acercaron para denunciar las incomodidades que encuentran en el parque, ya fuera a nivel de infraestructura o de convivencia. Supimos que nosotrxs no estábamos allí para resolver esos problemas pero sí pudimos escuchar, compartir sus inquietudes y grabar la toda la heterogeneidad de acciones que se producen en el parque.

Destacamos el compañerismo y la libertad creativa individual y del grupo, la posibilidad de trabajar sin ataduras técnicas y sin miedo al error, lo que nos permitió desprendernos de cualquier regla previamente aprendida para acercarnos a una experiencia mucho más sincera. Nos quedamos con la sensación de querer pasar más tiempo en Pradolongo, reconociendo y disfrutando las personas y espacios que el parque alberga. Esperamos que las imágenes de este primer taller puedan estar a la altura de su lago, sus colinas, sus vistas, sus torneos de fútbol y, sobre todo de sus vecinos.

SEGUNDO PASO. Editar: Unir, ensamblar, editar

Comenzamos el segundo taller en Espacio Oculto. Por delante dos jornadas en las que pensar la fiesta y lo raro desde la perspectiva del montaje colectivo. Los participantes divididos en grupos, primero nos familiarizamos con la herramienta de edición que íbamos usar para después rastrear las imágenes que los compañeros del primer taller habían recogido en el parque de Pradolongo. En nuestra elección, los supuestos descartes tenían tanto valor como los planos realizados con mejor técnica. Queríamos mostrar todos los puntos de vista posibles de las miradas que habían registrado el parque en aquellos primeros días.

Los bailes festivos, los rincones más o menos escondidos de Pradolongo y todos los que por allí pasan se sucedían en nuestras pantallas al derecho y al revés, cambiando los tempos, y así se realizaron encuentros entre personas o animales que no compartieron originalmente el tiempo ni el espacio. Jugamos al error y a liberarnos de las fórmulas para alcanzar un torbellino de imágenes que narraran el parque desde una perspectiva sensorial, intensa y por momentos cómica. El ambiente festivo se apoderaba de nosotros y de nuestras imágenes, lo raro surgía en esos encuentros inesperados de imágenes que mostraban realidades muy diferentes. Estábamos reconstruyendo y manipulando la identidad iconográfica del parque.

De nuevo nos quedamos con las ganas de continuar trabajando sobre la marea de imágenes que teníamos como materia prima. Seguir pensando juntxs imágenes que generaran extrañeza y convirtieran a Pradolongo en un lugar donde cada acción, incluso la más cotidiana, puede convertirse en una fiesta. Sabemos que más adelante estas imágenes saldrán de la pantalla…

¡Seguimos trabajando!

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