Termina el año en Rutilio Gacís y desde En Sintonía nos preparamos para el cierre y fin de año: la última radio-verbenita de este programa, la conclusión de un proyecto imaginado con amor y la celebración de un espacio y una comunidad viva que busca continuar su propio proceso.

Este pequeño laboratorio comunitario, radiofónico, festivo y familiar fue testigo de lo que puede una plaza cuando nos proponemos hacerla nuestra, llenarla de encuentros, intercambios, aprendizajes y vida en común. Cuando celebramos tener un espacio donde escuchemos a nuestras vecinas, compartamos saberes, juguemos en familia y donde podamos construir redes. Por este espacio común han pasado multitud de pequeñas y grandes personas: vecinxs de toda edad y procedencia, colectivos artísticos, asociaciones de barrio y organizaciones públicas, dibujantes, grafiterxs, músicxs, malabaristas, djs, cantantes, raperxs, bailarinxs, poetas y maestrxs, para citar solo algunas de ellas.

También nos hemos descubierto como parte de una comunidad viva, creadora y capaz de hacer cultura en comunidad y dialogar a través de ella. Hemos aprendido a cuidar de una plaza y a cuidarnos entre las personas que la habitan, limpiarla cuando necesario, decorarla, protegerla y llenarla de afectos y deseos de cambio. Acabamos este primer ciclo agradecidxs por el cariño y la ayuda que hemos recibido, rodeadxs del calor de nuevxs amigxs y con grandes ganas de volver a ver muy pronto a aquellas personas que han tenido que apartarse, a su pesar, de este camino común.

Por eso pensamos que hacía falta una gran fiesta de despedida y agradecimiento donde volver a encontrarnos todxs. No podíamos pues dejar de cerrar este proceso sin una verbena, una reunión con todxs nuestrxs radio escuchas, vecinxs, amigxs y colaboradorxs. La verbenita tuvo lugar con el sol detenido en el firmamento. Nuestra compañeras de la compañía Serpiente Emplumada nos regalaron una ceremonia de bendición y agradecimiento a la plaza y sus vecinas, Belén Mendoca y su compañía invitó a las peques a un viaje navideño con su musical puesta en escena, selecciones La Parcería nos deleitó con los mejores temazos navideños con los que celebramos las fiestas allí en Abya Yala y para cerrar, hicimos un gran banquete de traje (como nos gusta), con viandas exquisitas, brindis y muchas risas coronadas de un concierto improvisado, bailes en tren y abrazos en cantidades como ritual de fin de ciclo y anticipo de un nuevo comienzo.

Cada persona del equipo preparó unas palabras para leerlas a lo largo de la comida, pero como siempre la vitalidad y la improvisación de la celebración desbordaron haciendo saltar nuestros planes. Dejamos un “cadáver exquisito” de nuestras palabras de agradecimiento aquí, por si alguien tiene el gusto de leerlas:

Hace casi una década que vengo regularmente por Legazpi y Chopera, hasta tal punto que llegué a creerme que conocía bien la zona. Sin embargo, la plaza de Rutilio Gacís era un lugar que como mucho me había limitado a bordear en mis trayectos, y que vista desde fuera me parecía, en ocasiones, algo desangelada, en otras, un parque normal y corriente, sin más.

Desde el primer momento que supe que nuestro lugar de acción durante el año 2018 sería la Plaza Rutilio Gacis entendí que estaba hablando de mi barrio y de mis vecinas y vecinos. Había ido varias veces a la plaza a jugar con mi pequeño, siempre pensando “¡qué lástima! esta plaza es increíble, ¿por qué tiene tantos estigmas?” Iba a la plaza casi como si fuera un acto de valentía en mi maternidad. Tratar de transitar plazas y lugares de juego que no eran muy comunes en Legazpi y que me recordaban un tanto a mi propia infancia.

Hay a veces que un proyecto se puede convertir en parte de ti y eso es lo que me ha ocurrido con En Sintonía y con la plaza Rutilio Gacís, no me imaginaba que este proyecto pudiera enganchar tanto. Sin embargo, se ha convertido en una rutina durante todo el año 2018. Pasar por la plaza y ver cómo está, reunirse cada semana para ir preparando las actividades de las verbenas, hablar con las vecinas, con los artistas y visitantes.

En las primeras jornadas abiertas para idear el proyecto, surgió la idea de activar dos de los locales comerciales de la plaza, locales sin uso desde hace mucho tiempo. Llegamos al local y la cotidianidad de la plaza pasó a ser la nuestra. Ahí comenzó nuestra labor por cambiar los afectos en la plaza, una plaza que ya lo tenía todo para ser habitada por una infancia libre y segura y para que en ella surjan muchas redes de cuidado y colaboración.

En los primeros tiempos aquí, me sentía un bicho raro dentro de una plaza donde, más o menos, todas las personas se conocían entre ellas, pero aprendí rápidamente que aquí, de una manera u otra, cada persona es un bicho raro y siempre hay espacio para uno nuevo.

En este año pasado haciendo radio, fiestas y música en comunidad, nunca me he vuelto a sentir excluido, siempre he recibido sonrisas, palabras de cariño, favores y he recibido ayuda cada vez que la he necesitado. Sé que siempre se dice lo mismo, pero he sido cuidado el doble de lo que he podido hacer yo, he recibido el doble del cariño que he dado y he aprendido mucho más de lo que he enseñado.

Por muy distintas razones, Rutilio  -sin el apellido, como cuando te diriges a alguien cercano-, no es para nada un "parque sin más", sino un lugar muy "vivo" al que vienen a diario todo tipo de personas, cada una de ellas con una historia diferente, que comparten ratos buenos, y en ocasiones, no tan buenos, pero que en definitiva habitan la plaza de una manera que cada vez es más difícil de encontrar en este Madrid.

El proyecto que tratamos de llevar a cabo tenía un objetivo bastante loco: sembrar un poco de cariño entre estos árboles y ver qué podía crecer, pero más loco aún es el hecho de que lo hayamos conseguido. Esto quiere decir que estas semillas que hemos plantado ahora las tenemos que cuidar juntos.

En Sintonía es un proyecto que fusiona los saberes de una plaza; los cuidados para mejorar el diálogo entre visitantes y residentes de la plaza Rutilio Gacis de Legazpi. Durante un año las personas que han visitado la plaza día día, han mejorado su relación con las peques y las familias, es evidente que el respeto se hace necesario. pequeños gestos y grandes cambios son parte de nuestro accionar. Una plaza sin muros, que hace más parte de la ciudad, que de un distrito. Una plaza con muchos colores y formas, enfrentada constantemente al asedio policial . Una plaza habitada desde hace muchos años por personas que hacen de ella el patio de su casa. Rutilio es nuestro nuevo imaginario, hoy le dejamos muchas verbenitas, compartires y alegrías. Un magnífico espacio seguro para la crianza, para jugar y disfrutar; un reto de convivencia, entendiendo en recelo y racismo estructural de las personas mayores para con las personas migrantes. Una plaza con muchos ausentes, esos amigos que hoy están en los recuerdos de muchos de los visitantes. Un laboratorio de convivencia en donde primeras y segundas generaciones de inmigrantes padecen el desafío de la integración y la falta de oportunidades. Un sueño del mañana en donde los más peques y sus familias tienen nuevos referentes  ciudadanos, nuevos referentes de cuidados, de aprendizaje, de comunidad, de indentidad, de vecinos.

En este camino hemos contado en todo él procesos con una participación activa de las personas que habitan la plaza, hemos tenido mucha presencia de amigas/os y artistas del propio barrio y hemos activado nuestra creatividad y recursos para que la plaza siga siendo cada día más permeable y abierta al vecindario. Ahora siento alegría por nuestra plaza, por el trabajo que continuamos haciendo para despertar redes de creatividad y cuidado colectivo y por ser parte de una plaza colorida y de todas.

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