El último domingo de enero nos hemos dedicado a preparar las semillas que crecerán en primavera en el solar.

Otra vez, emoción ante la llegada de niñas y niños. ¡Hay quien repite! No se puede evitar la alegría de reconocer. Para algunos es la primera vez. "Me lo dijo una amiga", "lo vi en Twitter"...

De nuevo, la inestimable colaboración de Juego de troncos ha sido determinante y hemos aprendido mucho. Que si la lombriz de tierra fabrica humus con muchos nutrientes para alimentar a las plantas, que si es muy delgada y escurridiza, que si se esconde rápidamente para que no le dé la luz. Curiosidades que ya no cuenta nadie. ¡Menos mal que hemos venido!

¡Manos a la obra! Con arcilla, un poco de humus y las semillas hemos preparado un buen número de bombas de semillas de amapola, malva, lino, veza, bellotas,..

Tantas, que las infatigables familias asistentes se han llevado algunas para repoblar y dar color a otros lugares del barrio. Hemos guardado las del solar en un sitio seco para esparcirlas por el terreno en el mes de marzo, con la llegada de las primeras lluvias primaverales. ¡Qué ganas de ver esas flores que alegrarán el solar con sus múltiples colores!

Y como aprendizaje extra, hemos plantado en el solar unos esquejes de tomillo y lavanda. ¡A ver si tiran!

Esta vez, el aperitivo ha sido en el propio terreno, que hay que disfrutar el último sol dominical de enero.

Terminamos el mes felices por la participación y la buena acogida vecinal de los talleres.

 

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