Mientras las lluvias y los crecientes calores reverdecen el solar y nos regalan las primeras flores de la primavera, que colorean y alegran este terreno terroso y desapacible durante la mayor parte del año, el equipo del Jardín de Libros Nómadas hemos empezado los contactos con las bibliotecas del distrito para poner en marcha el proyecto. La acogida, del proyecto de “biciblioteca”, por parte de la red de bibliotecas ha sido muy buena, aunque no nos han obviado las dificultades que entraña y los obstáculos que tendremos que superar. No obstante, nos prestan su apoyo en todo lo que esté en su mano.

La necesidad de tener un punto de lectura donde además puedan reposar los libros que lleguen al solar, nos ha llevado a centrarnos en su diseño, trabajando también paralelamente en el diseño del propio solar como un espacio nuevo, donde el punto de lectura sea acogido entre las propuestas creativas vegetales que conformarán un jardín comestible, donde las vecinas y vecinos, podrán además de leer… encontrarse.

Y por el momento, las tareas de diseño, programación de un calendario cultural y de dinamización del equipo del jardín de libros nómadas, se encaminan a la creación de un lugar donde llegue la “biciblioteca”, se fomente la lectura en el entorno natural y donde puedan encontrarse vecinas y vecinos, así como los agentes culturales de la zona para impulsar cualquier proyecto relacionado con la lectura, la cultura y la ecología.

Todo esto a la vez que trabajamos mensualmente en eventos relacionados con la lectura como la primera edición del Premio de cuentos y relatos escritos por niños, “La Higuera Opañelera”.

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