Afirmaba Patricia Esquivias en la exposición que tuvo lugar en el MARCO de Vigo que Todas las tradiciones son inventadas título de una frase que deriva del historiador marxista Eric Hobsbawm, en el que “describe el origen reciente de muchas tradiciones que permanecen en la sociedad y que, sin embargo, son producto de la invención” tal y como señalan en la web. Todo es inventado y creado y no se puede ver la tradición como una foto fija del pasado, sino como un proceso, un elemento que muta, que va cambiando, que se adapta a sus tiempos, que es moldeado por quien lo hace, quien lo vive.

Hacer desde la tradición supone recuperar parte del sentido de esas expresiones populares como fueron las zarzuelas que eran expresiones ciudadanas que mostraban inquietudes populares de aquel entonces, frente a una ópera más burguesa y alejada de las preocupaciones sociales en el tiempo en el que estas obras fueron creadas. Las jotas, el baile castellano, los cantos de ciego y otras muchas expresiones del folclore son lugares de encuentro y espacios desde los que a través de la música y del canto se generaban discursos políticos disfrazadas en ocasiones desde la metáfora, la comparación o la hipérbole. No eran ni mucho menos músicas asépticas, quizá en la actualidad no somos capaces de leer estos significados porque no son ya ajenos, pero entonces ¿por qué no aprovechar ese potencial, todo ese conocimiento traspasado de generación en generación y construir desde ahí nuevas expresiones populares desde las que hablar sobre desigualdades que nos afectan?

Esta pregunta fue la que guió tres de los talleres que se realizaron en el marco de los “Haceres Raros” talleres abiertos de aprendizaje desde los que repensando o haciendo de otra manera las metodologías, propiciar nuevos dispositivos de creación, con la participación de un artista invitado y con la colaboración de una asociación del barrio de Usera que acogía el taller y lo aterrizaba en ese lugar concreto como es este barrio del sur de Madrid.

Parte de la apertura del proyecto Fiestas Raras se articuló a través de la Comisión de Fiestas Raras, esta era ese lugar de encuentro desde el que ir co-pensando entre las personas participantes esa gran fiesta final y con las que ir tejiendo esas alianzas necesarias con el vecindario del barrio. Una de las personas participantes fue Ricardo Fraile, de la asociación de música castellana Arrabel, con ellos y el artista Viruta, también vecino del barrio, desarrollamos el Taller ¿Bailamos una jota protesta?

A partir del trabajo de la Asociación Arrabel y de su conocimiento del cancionero tradicional castellano, atendimos a las letras, los mensajes y el baile de la música castellana y madrileña, generando un cruce desde una perspectiva contemporánea y activista con la participación de Viruta quien nos trajo esos lenguajes y formas de hacer más presentes en espacios activistas y con esa combinación se generó ese jota protesta que se mostró en la Fiesta Rara del 7 de abril, con una canción creada ex profeso que empezaba así “y aquí estamos cantando una jota hortera...

Subvertir esos modos de hacer tradición es también una apuesta por continuar repensando el folclore, que siga vivo, que piense lo contemporáneo y que nos permita seguir disfrutando de una baile que fue creado y moldeado por tantas y tantas personas, eso hicimos en la fiesta, pero también con otros bailes. Os lo contaremos en otro post ¿os parece?


Fotos: Laura C Vela

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