50 kilos de verdura, más de 60 personas de todas las edades, dos cocinas, unas cuantas ollas y muchas ganas de aprender, contar y cocinar. Así comenzó la jornada del sábado 15 de septiembre en Valdezarza, donde vecinas y vecinos del barrio bajaron a la ahora conocida como Plaza Lugar Poetas, ataviados con sus delantales y cargados de anécdotas e historias acerca de su relación con los huertos, el campo y los cultivos en general.

Además de los relatos personales del vecindario, contamos con la presencia de varios productores procedentes de huertos madrileños o cercanos a la Comunidad. Allí estuvo Remi, que además de hablarnos de su huerta en Polán (Toledo), nos proporcionó las verduras de temporada con las que elaboramos parte del menú del día: acelgas, pimientos, pepinos, calabacines y unos espectaculares tomates (de esos que saben a tomate de verdad). Vino también Bárbara, de la finca Las Morras, ubicada muy cerca de la huerta de Remi, con quien intercambian productos muy a menudo; Javi, de la huerta de La Morera de Ofelia, en Tetuán, y del proyecto de horticultura popular y sostenible Los Esquimos, que se basa en la sabiduría popular de la gente que habita el pueblo de Perales de Tajuña; y Caroline, de blueyellow, que se dedica al cultivo de aromáticas raras y cuyo huerto se encuentra en la zona de Rivas Vaciamadrid. Además, muchos de los asistentes compartieron sus experiencias hortícolas en proyectos como el BAH (Bajo el Asfalto está la Huerta), Madrid Agroecológico o el Huerto Zuloaga, y hubo quien nos habló de sus huertos familiares o de lo que están intentando cultivar en sus balcones y también quien confesó no tener ni idea sobre huertos, pero sí mucho amor por la tierra.

Como en el anterior taller, contamos con una nutrida representación de la Asociación Familias Enlazadas, que acoge en su sede al proyecto La Colmena que dice Sí de La Dehesa de la Villa, centrado en apoyar el consumo local y de proximidad. Fran, el colmenero, nos explicó en qué consisten estos grupos de consumo, en los que podemos adquirir desde frutas y verduras a productos elaborados como queso, pan o aceite. Ahora mismo, además, distribuyen Sierra, una marca de cerveza artesana que realizan varios vecinos de Valdezarza.

En el taller participaron también varios integrantes de ASPA, un programa del Ayuntamiento que ayuda a jóvenes y adolescentes en situación de riesgo o exclusión social, que se estrenó recientemente en el distrito de Fuencarral. El proyecto, nos contaron, cuenta con una pequeña huerta, a la que están aprendiendo a sacar partido. Tampoco quisieron faltar los jóvenes de la Asociación Pauta, del vecino barrio de Tetuán, que trabajan con personas con autismo y trastornos asociados, y que disponen de un huerto en Torre Arias –perteneciente a la Red de Huertos Comunitarios de la Comunidad de Madrid– al que incluso han puesto nombre: La Raíz Cuadrada.

Hechas las presentaciones, nos pusimos manos a la obra con el menú del día: ensalada de lentejas –aliñada con una vinagreta en la que utilizamos algunos de los productos que blueyellow elabora con sus aromáticas, como la sal de lavanda inglesa o el vinagre de hierba Santa María–, patatas rellenas de verduras, bolitas de arroz, brochetas de frutas y limonada de jengibre. Como una de las máximas de estos talleres es la improvisación culinaria, también pudimos disfrutar de una deliciosa receta de col con zanahoria rallada y mucho ajito rehogado que preparó Isa, vecina de Valdezarza, y del increíble baba ganoush de Anwar, vecino libanés del barrio de Tetuán, que sorprendió a todos con el sabor que le sacó a las berenjenas de La Morera de Ofelia.

Mientras todo el mundo andaba atareado cortando verduras, exprimiendo limones, cociendo patatas o removiendo sofritos, el fantabuloso equipo Mico mantuvo muy entretenidos a los peques que acudieron a la plaza. Entre todos levantaron una estructura de madera, que representaba un invernadero en el que jugar y experimentar utilizando diversos materiales. Una vez que tuvieron listos los invernaderos, dibujaron los productos que se suelen encontrar en ellos o en los huertos, mientras contaban cuáles comían habitualmente y pensaban sobre las herramientas necesarias para mantenerlos. Como recuerdo del taller, cada peque se llevó su propia maceta con una semilla plantada, no sin antes recordarles los cuidados necesarios que requieren las plantas.

A eso de la una y media, pudimos disfrutar de un concierto de dulzaina a cargo de Javi y sus compañeros del huerto de La Morera, todo un lujo sonoro para acabar de abrir el apetito. Al poco de sentarnos a la mesa –al grito del ya icónico ‘¡Valdezarza, a la mesaaa!’–, vinieron también varios miembros de la Asociación Vecinal La Flor, que habían estado reunidos toda la mañana en el Centro Comunitario Guatemala, donde ahora se encuentran alojadas nuestras queridas cocinas. Ya que no habían podido estar presentes durante el taller, trajeron algunas cosas para comer, entre ellas una riquísima tarta de manzana.

Como siempre, Óscar de la Máquina de Fotos se encargó de documentar la jornada en imágenes y los chicos de La Mina de registrarla en vídeo. Fue un día bien bonito, uno de nuestros talleres más multitudinarios y sin duda también uno de los más divertidos, así que estamos deseando volver al barrio el próximo 20 de octubre, con un nuevo taller de cocina en la plaza.

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