¡Atención bolardos!

El equipo de Plantación de la Memoria, dentro del ciclo de actividades ¡Atención Bolardos!, ha realizado dos intervenciones en el espacio de la plaza para visibilizar algunas de las barreras existentes, al tiempo que abrir el diálogo con los usuarios habituales de la plaza sobre posibles transformaciones del espacio público.

Estas acciones efímeras, por una parte, permiten evidenciar algunos de los puntos más significativos del análisis del estado actual del Jardín de las Brigadas Internacionales y, por otra parte, transforman de manera efímera la percepción del paisaje urbano.

El eje conductor de ¡Atención Bolardos! son precisamente los 197 bolardos de acero que existen en la plaza para delimitar unos ejes para tráfico rodado por los que no transita ningún vehículo.

¿Por qué necesita una calle acceso a un aparcamiento que jamás ha sido utilizado? La rampa de acceso abandonada acumula suciedad y parece ser el foco de problema, pero ¿por qué no se hace nada con esos 57 bolardos en formación, perfectamente alineados, que fragmentan y deforman la percepción del espacio de la plaza al tiempo que condicionan su uso?

¿Y qué decir del final de la avenida Daroca? Ese eje histórico que conectaba el centro de Vicálvaro con Ventas, ahora parece querer integrarse en el ámbito la plaza. Una gran señal de tráfico restringido en un extremo y unos yermos maceteros hexagonales de hormigón en el otro, junto a la Avenida Real delimitan este tramo donde los pavimentos también indican que en ese lugar la prioridad es peatonal. ¿Realmente son necesarios más de un centenar de bolardos para el acceso puntual a las furgonetas del Centro de Mayores o servicios de mantenimiento?

Los bolardos y otros pequeños elementos urbanos habitualmente son integrados en nuestra percepción del espacio, no se repara en ellos de manera consciente (salvo cuando una rodilla despistada se encuentra con uno de ellos), y sin embargo, aquí llevan dos décadas condicionando el modo de usar esta plaza.

¡Atención Bolardos! interviene en el espacio entre bolardos. Toda acción comienza siempre enfatizando y denunciando su presencia con señales de atención y la imagen de un bolardo en su interior. A continuación, un cartel de obra colaborativa que recuerda a los carteles de obras en construcción suele atraer la atención de los vecinos y vecinas que están disfrutando de su tarde en la plaza. Cuando comienza este despliegue señalético, los más curioso se acercan y preguntan si vamos a hacer una obra (generalmente musitando que ya es hora de arreglar de plaza), siempre respondemos que sí, que vamos a hacer una obra: una obra artística.

A partir de este inicio común, cada intervención desarrolla estrategias diferentes para trabajar sobre los objetivos comunes anteriormente descritos.

 

                                                                                                                                                                                                    Texto: David Carrasco

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