Tras el taller de construcción de cocinas realizado junto a Enorme Studio y con el toldo pintado y listo para ser colgado, sólo nos quedaba una cosa: ¡estrenarlas! La puesta de largo de nuestras queridas cocinas móviles tuvo lugar el sábado 14 de julio, en un taller donde invitamos a los vecinos y vecinas de Valdezarza a que compartieran alguna anécdota que nos ayudara a ir trazando la memoria culinaria del barrio. Para ello, les lanzamos algunas preguntas: ¿Dónde iban a tomarse un helado cuando eran pequeños? ¿Y a hacer un picnic o a tomar el vermut los domingos? ¿En qué lugares suelen hacer la compra? ¿Quién es su tendero de confianza? ¿Y el de sus abuelas? ¿Cuál es ese bar secreto en el que ponen el mejor menú del día?

A las once de la mañana, los primeros asistentes al taller comenzaron a llegar a la plaza. Pertrechados con sus delantales, iban entablando conversaciones los unos con los otros. Para romper el hielo, lanzamos una ronda de presentaciones, donde cada persona explicaba brevemente su historia en el barrio y sus memorias acerca de lo que se cocinaba antaño, de los usos de la plaza o de las tiendas en las que hacían la compra cuando vinieron a vivir aquí hace décadas. Fue más que interesante ver cómo muchos vecinos compartían memorias y cómo, aquellos que llevaban toda la vida en el barrio, aún se sorprendían al encontrarse con caras nuevas entre el vecindario. Marta nos dio algunas pistas sobre por qué Valdezarza tiene esa configuración tan peculiar y laberíntica, María nos dio a conocer la Asociación de Familias Enlazadas por una crianza saludable y Julián vino con su madre Francisca que, a sus 90 años, te puede explicar de pe a pe cómo se hace un buen pescado en salsa. Damos fe.

Compartiendo recetas y anécdotas, nos pusimos a cocinar: ensaladas, naranjada y mucha fruta para combatir el calor, y un arroz con verduras como plato principal. Algunos peques se animaron a cortar fresas, triturar anacardos o exprimir naranjas, mientras que otros se apuntaron a participar en las divertidas actividades que el colectivo Mico organizó para ellos. Entre unos cuantos, acabaron construyendo un improvisado fuerte de colores. Por allí pasó también nuestro querido Aurelio, director del Colegio Público Eugenio María De Hostos –que da cobijo a nuestras cocinas cuando no están en la plaza y que nos prestó mesas y sillas para la ocasión–, Óscar de la Máquina de Fotos –que documentó maravillosamente toda la jornada– y los chicos de La Mina –que hicieron lo propio con el vídeo–. A última hora, además, tuvimos la visita de Caroline de blueyellow, un proyecto de plantas aromáticas raras cultivadas a las afueras de Madrid.

Cuando terminamos de cocinar y al grito de ‘¡Valdezarza, a la mesaaa!’, nos sentamos a comer, para seguir compartiendo historias y anécdotas, e imaginando futuros proyectos en el barrio. Con este buen sabor de boca (y grandes ideas para los próximos meses), nos despedimos del barrio hasta septiembre, cuando volveremos con el taller ‘Cocina tu huerto’.

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