Rutilio Gacís es una plaza como muchas otras que podríamos encontrar en los barrios de la periferia madrileña, donde la mayor parte de las actividades y de los flujos de tránsito se concentran en los alrededores de las estaciones de metro o cercanías. Levemente apartada de estos flujos de tránsito y de las zonas más concurridas del barrio, Rutilio Gacís es una plaza acotada por setos, arbolada, con bancos y juegos para la infancia, que representa una infraestructura fundamental para la vida diaria de grupos y comunidades que necesitan espacios de esparcimiento, encuentro, descanso o, simplemente, donde vivir en común. De esta manera, para muchas de las personas que la frecuentan a diario, la plaza se convierte en una suerte de prolongación del entorno doméstico y, en algunos casos, de una suerte de hogar compartido.

Nuestra intervención en este contexto empezó cuando, al abrir un espacio de trabajo y encuentro en un local que se encontraba en desuso en la misma plaza, nos convertimos en nuevas vecinas y vecinos. Desde allí, llegamos a activar el diálogo con quien se encontraba a nuestro alrededor a partir de la propuesta de construir juntos un programa cultural colaborativo.

De esta manera, activamos en primer lugar un proceso de reconocimiento mutuo con las muchas comunidades de la plaza y del barrio: organizamos quedadas de juego para conocer a niñas y niños del barrio juntos con sus familias, talleres de rap y dj para conocer a los jóvenes, talleres de radio en formato tertulia para acercar a las personas con ganas de involucrarse activamente en la programación y una serie de “verbenitas”, pequeñas actividades públicas en el formato de radio comunitaria, para que todas estas personas pudiesen conocerse entre ellas. A lo largo del 2018 la Plaza Rutilio Gacís se ha convertido en un nodo capaz de conectar al tejido cultural del barrio, las familias y toda una larga lista de comunidades que se encuentran a diario en ese espacio.


Tres elementos tuvieron una importancia central en este proceso:

1) el ingrediente lúdico y festivo de las verbenitas, que nos ha permitido abordar muchos de los problemas de la plaza desde una perspectiva positiva y creativa, generando una visión amplia de comunidad. 

2) el ingrediente escénico-performativo de la radio, de las performances y de los talleres musicales que nos han permitido construir otros imaginarios a la vez que otras experiencias estéticas para las comunidades a nuestro alrededor.

3) el acento puesto en la infancia y la familia como comunidad vulnerable que requiere de un espacio respetuoso y de encuentro donde generar lazos en torno a la crianza, motivando con ello un cambio en el imaginario de la plaza como lugar seguro para el cuidado y juego de las criaturas.


De esta manera, si bien había resultado complicado fomentar un mayor cuidado hacia la plaza y hacer, por ejemplo, que las personas no echasen basura fuera de los contenedores, observamos una extraordinaria entrega hacia la limpieza del espacio cada vez que desarrollamos una actividad en la plaza. Igualmente, observamos un profundo deseo de cambio que se concretaba en el apoyo a nuestras actividades por parte de todas las comunidades que allí se encuentran. Por todo ello, la posibilidad de disponer de un lugar físico para la atención al vecindario, el encuentro y los talleres de creación se ha revelado como un elemento de importancia vital. Nuestra interfaz con el barrio ha sido desde el primer momento una puerta abierta y visible para las vecinas.

Después de 8 meses de trabajo constante, nuestro diagnóstico de la situación es la de quien habita la plaza y ha llegado a un mayor grado de profundidad, pues conocemos desde cerca los malestares que afectan las comunidades con las que colaboramos: Dependencia de alcohol y drogas, indigencia o desempleo de larga duración y carencia de sostén económico y afectivo de las madres y familias, son algunos de los problemas más concretos que podemos encontrar en la plaza, y representan en buena medida la principal causa de los malos hábitos y de los problemas de convivencia que afectan este espacio. Sin embargo, por encima de estos problemas, advertimos un conjunto de causas comunes que tienen que ver con la exclusión, la marginalización, el racismo, la discriminación y la soledad.

Tanto las personas sin hogar y las personas en situación de drogodependencia que forman parte de la colectividad de Rutilio Gacís comparten una misma situación de exclusión con respecto a la ciudad a su alrededor, de amenaza (no solo por parte de las violencias de la calle, sino también la amenaza de expulsión debida al encarecimiento de los precios de acceso a la vivienda) y de búsqueda de cobijo dentro del entorno de la plaza. Por otro lado, la amplia presencia de comunidades racializadas que habitan la plaza, muchas de ellas segundas generaciones de familias migrantes, sufren la estigmatización tipificada producto del racismo estructural que conlleva a asociar a dichas comunidades, automática y gratuitamente, como uno de los focos o causas de los problemas de convivencia que allí acontecen. Además se perpetúa el imaginario que representa a las personas racializadas como intrusas y no como sujetos a quienes la plaza también pertenece, o sea, como parte del tejido que aporta positivamente a su configuración como espacio ciudadano. A estas vivencias puestas al margen de la ciudad consolidada, se suman las nuevas soledades indeseadas de las personas mayores o solas, que viven en los edificios alrededor de la plaza y componen otra multitud de sujetos excluidos.

A lo largo de estos meses de trabajo, muchas de estas personas han buscado en nuestro espacio una oportunidad de cambio personal y colectivo: han acudido en busca de ayuda, han venido a  ofrecer colaboración, a dar informaciones o simplemente a darnos apoyo. Esto nos ha hecho entender que una fase madura del proyecto En Sintonía tenía que tomar la forma de un nodo dentro de una red de colaboración con una multitud de servicios, recursos y organizaciones públicas, comunitarias y privadas del barrio. Y debe pretender, en toda su estructura, formar personas protagonistas de los procesos de mejora de su barrio, capaces de comprometerse desde un sentimiento de pertenencia compartida y construida conjuntamente.

Queremos seguir imaginando una plaza como un lugar de encuentro vecinal. Imaginar una plaza de color y juegos. Imaginar una comunidad que se cuida, que goza, que escucha, que aprende. Imaginar soledades compartidas, un escape al desasosiego, un patio de juegos, una radio intermitente que transmite saberes propios y ajenos. Imaginar un proyecto que propuso hacer ciudad desde los afectos. Hoy somos habitantes de Rutilio, mamás vecinas que acompañan los juegos habituales de tarde en la plaza, imaginantes de un espacio urbano de aprendizajes donde la música, el arte, la narración de historias y el baile piden seguir apareciendo. Cerramos este proceso recordando con cariño las verbenas y las reuniones en el pequeño estudio, los encuentros en el Candela, la divertida familiaridad establecida con las peques de la plaza y sobre todo el (re)conocimiento de una comunidad y un lugar que no merece el estigma que lo rodea.


Agradecimientos

Desde aquí nos gustaría dirigir nuestro profundo agradecimiento a todas aquellas personas que nos han acogido, acompañado y apoyado a lo largo de estos meses:

Victor, Alejandro y Caty, Almudena, Yamel, Johnny, Raudi, Camilo, Marcos, Christian, Saúl, Daniel, Iván, Romeo, John Charles, Bruno, Clara, Yamel, Scarlet, Diana, Daniela, Nicole, Carol, Rosa, Nene, Arantxa Santamaría Morales, Sara Villoria Warren, Ana Insausti de la Peña, Colectivo Madstock, Chocolate Remix, Álvaro Valls, Irie Queen, Mujeres Positivas sin Límites (Ana, Adela, Alejandrina, Encarni y Fátima), Guillermo y Paula, Madres Creadoras (Aida, Yirley, Violeta, Valentina, Ana, Becha, Tania, Irene), Queda-T, Valeria Surcis, Mike Burón y Pablo (Laboca), Jaime “Papa” Vasquez, Angosta di Mente, Cantando a Mamá, Ana María Caro, Los Mayores También Cuentan, Pepita, María Delia, Proyecto Memoriae, Proyecto Jóvenes y Memoria, Pandora Mirabilia, Ursaria, CMS Arganzuela, Espacio Vecinal Arganzuela, Espacio de Igualdad Juana Doña, Grupo de ganchillo revolucionario, Imagina Madrid, Intermediae, Junta de Distrito de Arganzuela, Cepi Arganzuela, Asociación La Rueca, Alberto García Aznar, El Bancal, Bar Tu Candela, Asociación Pico y Pala, Yeison Moreno, De Queruza Tango Club, Carolina Muñoz, May Pulgarín, Marta Lapeña, Alejandra Leston, Nuria Ribas (La Línea Amarilla), Eduardo Elbar, Selecciones Sonoras Iberoamericanas (Victoria Espezúa y Johan Posada), Dave Roozendaal, Eva Janeiro, Valerie Bla Bla, Ciril Vidal, Nur Banzi, Martina Billi y a todas aquellas familias, peques, abuelas, abuelos, vecinxs y amigxs que pasaron, compartieron e hicieron radio y plaza con nosotrxs.

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